sábado, 9 de diciembre de 2023

Sigue remando

 Hoy decidí hablar en voz alta solamente algunas cosas que navegan en la superficie de mi cabeza.

Una amiga me envió un archivo en PDF, el libro El Camino del Artista, de Julia Cameron, como respuesta al grito desesperado de vulnerabilidad que solté en mis close friends de instagram.

No he comido bien, pero hablo del caso particular de cuando me quedo sola en mi casita y no tengo fuerzas, ni energía, ni ganas, ni motivación para salir por algo o peor aún, inventar qué hacerme de comer con tan solo harina PAN, avena, brillantina y Jesucristo.

Empecé a leer este libro, pero las notificaciones, el cereal con yogurt y la ventana del portal para buscar trabajo que se asoma muy pegada a twitter, empezaron a acecharme y a obligarme a escribir algo un rato, aunque sea para sentir que estoy hablándole a alguien.

Tengo entendido que en estos días habrá 7 planetas retrógrados, lo que sea que eso signifique, al parecer tengo muchas amistades que están un paso adelante cuando se trata de yuyus esotéricos extraplanetarios, pero por todos lados leo que habrá una vibra turbia flotando en el ambiente.

Y hablando de vibras, ya vi que cambió la rotación de la Tierra, lo sé porque la luz empieza a colarse por el vitral de mis ventanas, pintando la sábana de arcoiris de poco a poco. Ya estamos más cerca de otoño, y eso me da esperanzas, porque todo mejora a partir de octubre.

En este momento mi prima Vicky me respondió mis historias de desahogo, prometiéndome que las cosas tienen que mejorar en mi vida.

"Lo más difícil es salir porque las olas te pueden voltear, solo no dejen de remar para que no se volteen..."

Solamente una persona que ha vivido cosas que te marcan el corazón, tienen en su voz, la validez y credibilidad suficiente para poder hablar argumentos valiosos en momentos donde parece que se está apagando la luz.

"no dejes de remar porque si paras se voltean"

Me siento cobijada por sus palabras, y a la vez, culpable por pesar en la balanza un costal de problemas que quizá solo existen en mi cabeza, que no son problemas reales y que enfoco mi energía en el lugar equivocado.


Esto es una racha y en este momento no encuentro ni para atrás o para adelante, solamente me estoy dejando llevar, sin planes, sin un rumbo, ni siquiera estoy segura si tengo miedo, pero me siento fastidiada.

Vivo de la caridad de la gente, de sus buenos deseos y sus mejores consejos. 

A veces esta suerte me causa un estrés muy grande, de no poder contribuir o regresar algo de lo que estoy recibiendo.


En este punto ya pasaron algunos días desde que empecé a escribir esto, y honestamente he perdido el rumbo de mis ideas.

Hay veces que siento que todo se deja venir como olas, pero no de las gigantescas provocados por tsunamis que llegan a destruirlo todo a su paso, más bien, se sienten como esas que te agarran en un perfecto día soleado durante vacaciones, esas que no te ahogan, pero te dan vueltas por el mar, haciéndote sentir desorientadx y temeroso de volver a meterte al agua.



Escribí esto en agosto, no sé por qué no le di enter.

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