miércoles, 27 de mayo de 2015

Kimono #161

Ya no puedo más.
El trabajo no significa nada para mi, es como un espejismo, algo irreal, que no trasciende en mi vida, soy un objeto, una silla más, un pisa-papeles, un bolígrafo. Soy alguien externo que esta de vacaciones observando la vida de los demás.
Soy una turista en mi propio cuerpo, porque todo lo que sucede no lo siento yo, es como si las emociones se me resbalaran, porque me encuentro escondida, rodeada de mis pensamientos de caparazón.
Soy la bonita, soy la fea, soy la guapa, soy la gorda, soy un costal que se mueve todos los días para tomar el camión, la que se sienta a ver la vida pasar. La vida de los demás, mi propia vida.
El tiempo que paso leyendo literatura japonesa, imaginando que mi cuerpo se desplaza miles de kilómetros y puedo usar un kimono.
Estoy más que ausente, es por eso que ya no siento nada. 
Mi sonrisa empieza a parecer cada vez una mueca pintada en mi cara.
Estoy vacía del pecho, mis palabras perdieron eco, perdí mi olor, mi cabello se acomoda diferente, he subido de peso, he bajado mis estándares de pretendientes. Me falta el pedazo de un diente que fue reemplazado por plata, frío y brillante como mi interior.
Soy una caricatura que algún malintencionado se ha encargado de animar.
Al menos tiene un chingo que no lloro.


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