Quisiera ser una bruja, de esas con el corazón negro,
quiero ser de esas brujas que siempre tienen un gato cerca de ellas,
una de esas que lee el pensamiento de los mortales y no siente piedad por ellos,
desearía ser una bruja que sepa todo sobre cuarzos, esa sería mi especialidad.
Quiero curar con piedras, quiero enfermar con piedras,
traer mis agujas de cuarzos en mi cuello, sentir el aura de los demás con solo mirarlos.
Me gustaría ser una bruja, sin adorar ni trabajar para nadie, solo mis cristales y yo.
Hace dos años fue el concierto de The Cure, uno de los mejores conciertos a los que haya ido en toda mi vida, uno de esos donde solamente quieres llorar porque escuchas las canciones que marcaron tu juventud, tu vida, los recuerdos, mi influencia a ser la persona que soy ahora.
Escuché a The Cure cuando tenía 13 años, escuché todos sus discos cuando estaba triste, cuando estaba feliz, hice playlist de ellos cuando escribí mi tesis, hablaba de Robert Smith todo el tiempo, es una persona que me ha ayudado mucho, alguien a quien admiro y amo profundamente.
Hoy es su cumpleaños, de mi querido Robert, una figura que ha estado presente en mi mente desde que puedo recordar cuando empecé a escuchar música.
Nadie lo entiende, simplemente lo amo y lo admiro.
Hoy me di cuenta que ni siquiera se los apellidos de la mayoría de las personas con las que salía.
Me gusta mucho que te duela, amo demasiado que alguien te hizo lo que tu a mi, gracias al karma, gracias a tus elecciones alguien también te olvidó y rompió sus promesas.
No lo se, tal vez fui yo pidiéndole a mis piedras que te enfermaran del corazón y no me di cuenta, pero gracias.
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