Hoy tuve un día normal como los que tenía hace más de un año,
Una vida normal, haciendo cosas comunes que hacía antes de mudarme.
Una chica común, viviendo una vida convencional con su familia.
No fui la provinciana que trabaja y vive sola, la desesperada por tener la atención de los demás.
No fui la güerita que anda sola por la calle, la que cuenta sus pesos para tomar el camión, la que tiene que decidir que va a desayunar como una decisión difícil.
La que tiene que hablar en doble sentido en la oficina para poder convivir. La que se levanta temprano y sale al patio para ir al baño. No fumé en la ventana, no tomé vino, no tomé pastillas para dormir ni puse música melancólica.
Hoy no fui esa chica.
Hoy fui la Carito, la niña de la casa. Una chica "bien", la niña altiva de buenos valores.
La fresa que no se junta con cualquiera. La que habla con prejuicio y doble moral con su abuela.
Hoy fui la niña que reza el rosario del Jesús de la Misericordia, la que tiene un tío que es su chofer.
La que puede comer todo lo que quiera del refrigerador de la casa sin pedir permiso ni pensar si tendrá que comprar algo para después.
Hoy fui esa niña.
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