Mi cuerpo se cierra a tus palabras
nada puede quedarse más, me he saturado de ti
de ti, también de ti, y por último de ti.
Yo decido que entra y que sale de mi cuerpo y tus palabras ya no tienen lugar.
Soy mi dueña y mi compañía, soy mi propio hombro, soy mi mano derecha y la misma que me traiciona.
Regreso a mi manera de pensar para no destruirme otra vez,
no me aferro, no me importa, no me daña, no me duele.
Pienso demasiado incluso cuando quiero divertirme, le quito lo bonito a todo,
le añado estrés y pensamientos que no deberían de ir.
No me puedo dejar llevar por las olas,
nunca seré una sirena.
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