Mi gato es callejero, no tiene un lugar llamado hogar, se que duerme en una casa y luego sale a otras para comer, recibir alimento, cariño y atención.
Yo dejé una luz prendida, una ventana abierta y un tazón de comida por si mi querido felino quería frecuentarme, ronronearme un rato, hacerme sentir necesitada.
Pero ese gato nunca fue mío,
fue adoptado desde antes.
La naturaleza de ese gato es callejera, pertenece a su sangre ser vagabundo,
y cuando un gato callejero no encuentra un buen hogar... muere en la calle.
Adiós gato, busca otras casas que te reciban y te den lo que necesitas,
Yo te cierro mis ventanas, te apago la luz y retiro tu tazón.
Eres libre, no eres de nadie.
No sale de mi boca llamarte lo mierda que fuiste, eres y seguramente seguirás siendo.
No por mi, por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario