jueves, 13 de septiembre de 2018

25 puñaladas.

Estoy menos concentrada que en cualquier otra ocasión,
me siento desprotegida, no tengo a dónde correr, no tengo a quien pedirle ayuda,
estoy sola, llego a mi cuarto y estoy sola, me siento sola,
voy a comer, a caminar, al cine, a todo, y estoy sola.

He tratado de llenar vacíos con personas, con comida, con objetos,
pero al final del día me siento igual de vacía,
no quiero aferrarme, no quiero enamorarme y siempre lo veo como algo que me va a destruir.

La neta voy a ser bien honesta,
me he hecho pendeja cuando sé que acerca a mi una "buena persona",
la verdad me gusta huir cuando encuentro algún detalle que no me gusta de la persona,
en mi mente mapeo un futuro y los peores escenarios son los primero que veo,
luego me alejo rápidamente, siendo grosera, no respondiendo o desapareciendo,
algunas veces soy decente y explico el porqué me largo de ahí... pero al final es lo mismo,
soy la única persona que se coloca una rama en su bicicleta y después llora a su suerte por haberse caído.

Si estoy sola es mi culpa, y si lloro por alguien que me hace lo mismo, también es mi culpa.
Estoy consiente de que la estoy cagando todos los días, de que me las doy de muy chingona pero esta "chingona" se siente podridamente sola, desde adentro.

Entonces si lloro, si me deprimo, si estoy enojada, es el reflejo de mis actos egoístas.
Pero yo no era así, yo antes no sabía nada de todo esto, pensaba en ser la persona más feliz,
no tenía problemas y no padecía de ningún sufrimiento.
Fue hasta que empecé a conocer a las personas, y hacerme como ellos, a adoptar sus actitudes nocivas, y adaptarme a esa competencia de "a ver quien quiere menos a la otra persona".
Me hice culera, me hice la mosquita muerta que quiere "algo bien", pero que se auto sabotea para romantizar su dolor.

Me caigo mal, no me soporto, no me gusto y quisiera salirme de mi cuerpo de una vez por todas,
pero me da muchísimo miedo, por que hasta eso, creo que necesitaría muchísimos más huevos para matarme.
Entonces estoy aquí, viviendo una vida que no pedí, llorando por personas que no me quieren, usando ropa que no me queda, en un trabajo que no me gusta.
Ya no quiero estar aquí, pienso que todo estaría mejor si yo desapareciera y absolutamente nadie se acordara de mi.
La verdad sé que sueno como puberta, realmente sé que estoy valiendo verga en este momento, pero todo esto lo estoy escribiendo porque lo dicta mi cerebro.

Quisiera tener esa valentía para apuñalar 25 veces en el pecho a la tristeza que me cargo.
Me siento mucho menos de lo que valgo, y es una estupidez.
Me sordeo cuando alguien quiere conocerme realmente, y voy detrás del que me ignora.
Bien ahí Luna, bien ahí.












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