Empiezan los roces, no es fácil regresar al principio, tampoco es fácil darse cuenta de las condiciones en las que vivía antes y que pasaba por alto con tal de sentir que no tenía problemas.
Hoy cumplí una semana desde que me mudé y no siento que haya podido descansar como quisiera.
Nadie ha descansado realmente, más que el abuelo Juan.
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