lunes, 16 de julio de 2018

Carta a la obsesión.

Todo mi enfoque
Todas mis energías
Todos mis pensamientos
Todos mis deseos
Todo siento que se está acumulando salvajemente.
Es un deseo que empieza desde el calor de mis úlceras y el dolor de mis músculos.
Una necesidad terrible, que me da miedo, que me deja intranquila y me hace sentir la peor persona en el mundo.
Estoy obsesionada, como tenía años que no sentía.
Estoy obsesionada como no me había permitido antes estarlo.
Canalizo mis emociones a través de los dedos, me duele el estómago, me desespero dentro de mi existencia.
Es una fuerza que me va golpeando desde afuera, unas ganas insanas de poseer un ser que no existe a mi alcance.
Estoy maldita, porque no debe haber una palabra que describa este sentimiento, no es nada parecido a algo bueno.
Quiero y atraigo la destrucción a mi, me estoy volviendo loca y quiero arrastrarlo conmigo.
Estoy suplicando, estoy tratando de llenar un vacío, un mar de ácido.
Todo se ha vuelto torcido e inhumano, me odio en este momento, me odio porque necesito tenerlo y a la vez estoy deseando mi propia muerte en vida.
Necesito sacarme esta espina de la frente, sanar este hematoma del corazón, necesito encontrar la paz que no puedo abrazar.
Estoy condenada, y quiero que todo se detenga, necesito cortarme este brazo, arrancarme todo el cabello, romperme los dientes.
No es mío y sé que no será mío y quedaré siendo la más estúpida, innombrable remedo de hembra mutilada, la basura que a alguien se le cayó del bolsillo.
Estoy pidiendo un alivio pero no sé dónde está.
Solo necesito dejar esto morir y quemarlo, porque enterrarlo sería visitarlo, y yo sé que de las cenizas al aire nada vas a alcanzar.
Estoy tratando de decir que estoy siendo la más vulnerable, la más ciega, la más demente.
Necesito algo que me quite esta desesperación, esta blasfemia que me aplasta el pecho.
Quiero desaparecer y no sentir absolutamente nada, quiero volverme nula, perder mi color, mi olor, mi peso y mis uñas.
Hazme caso, arrójate a las piedras, salta por la ventana, mancilla tu alma, ven, rompámonos en miles de pedazos, pero no me dejes dudando.
Por favor no me dejes dudando, destrúyeme, hazme mierda, arrójame fuego en la cara y en la espalda pero no me dejes dudando porque si me lo preguntas prefiero morirme a dudar.

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